lunes, 4 de agosto de 2008

Carlos H. Bruch: Definitivamente, el Frente

Personalmente no me parece la idea de llenar un blog copiando y pegando información de otros medios, pero este editorial del Co-Latino vale la pena ser leído y compartido. Pueden leerlo aquí o en el link que les dejo con la nota original.

Definitivamente, el Frente

Carlos H. Bruch Cornejo-
chbruch@gmail.com

Llevo un poco más de un año viviendo fuera de El Salvador.

Tiempo suficiente para constatar lo que todo salvadoreño siente más fuerte, una vez ha salido de su país, sobre todo si ha sido en los últimos veinte años.

Esa sensación de que ahí nuestros gobernantes nos han timado.

Insultado y estafado.

No hay que ser demasiado sensible para descubrir a qué se debe eso.

Es cuestión de ver la información que alcanza a escapar de las manos reguladoras de una prensa cada vez más entregada al poder. Y al presupuesto de una pauta publicitaria millonaria proveniente del gobierno. Y de un poderío empresarial de los que cada vez se duda y desconfía más.

A cambio de esa plata intentan entregar una percepción de nuestro país opuesta a la realidad. Nadie les cree ya el cuento.

Todo tiene su límite. Ya no hay campaña, ni medios amigos, ni estrategias que saquen una idea fija en la cabeza de los salvadoreños: hasta aquí llegó ARENA. Encuestas de opinión y el vox populi adelantan la salida del cuestionado partido.

Es cosa de ver el poco progreso, la cantidad de casos de corrupción estatal, la violencia generalizada y el crimen organizadísimo que ya sabemos a qué se deben y por qué hasta el mismo candidato oficialista a la presidencia ha sido parte del plan para que se eleve y mantenga como una constante. Para que genere éxodo y por ende remesas.

Rodrigo Avila -me lo dijo así él mismo- nunca, ni como jefe de la policía, ni cuando fue diputado ni menos cuando regresó a la PNC, ha podido desobedecer las órdenes del rígido polit-business buró de su partido. Sus amos. Los acreedores de la farsa montada en cuatro actos de cinco años de duración cada uno.

Si en aquellos cargos públicos Avila no pudo hacer nada, menos sería capaz si por algún remoto motivo o audaz acción de manipuleo del TSE (¡cuidemos bien este flanco!) llegará a ganar.

Cosa bastante improbable. Porque la gente a todo nivel socioeconómico y de edad tiene muy claro que votar por ARENA es volver a restringirle por otro período el oxígeno a nuestra enferma sociedad.

Cuando lo que se necesita de inmediato es una cura que solo la unión y una revolución ciudadana centrada en la decencia, el amor por la justicia y la honradez, así como el ánimo de reconstruir la Patria maltratada, pueden proveer.

Aspectos que de momento el único capacitado para entregarle al electorado, sin lugar a desconfianzas ni cuentos oxidados, es el partido que lleva por candidato a Mauricio Funes. No entender eso es, o estar muy polarizado o asociado de alguna manera a la argolla del poder actual.

Algunas personas aún se resisten a usar la razón. Tanto tiempo de recibir el perspicaz engaño a todo gatocolor, de las noticias de verdad y del diario de los salvadoreños, aún causan esa sensación errática de que si dan el voto al FMLN sería algo así como engañar a la pareja. Eso tiene un nombre, chantaje. Y como consecuencia han gobernado con técnicas demagógicas basadas en inspirar temor y caos.

Lo veo de cerca. En mi familia. Entre los amigos.
Mi padre aún cree que el mundo se divide entre buenos y malos. Entre rojos y buenos. Fidel y los muy buenos. Chávez y Correa y los que aún van quedando buenos.

Su confusión comienza cuando analiza lo hecho por los gobiernos areneros y entonces todos sus preceptos se le tornan una mezcolanza que lo frustran.

Pero refunfuña que jamás votará por el Frente. Cuando le insisto que me dé algún argumento sólido y que vaya más allá de la tontería nacionalista, se enoja y se retira de la discusión como niño que se lleva su pelota a la mitad del juego.

Lo entiendo. Quienes en su generación se creyeron el cuento de la polarización y los supermanes del neoliberalismo, ahora se la están viendo a palitos.

Mi amigo René Hernández, hijo del que fue funcionario arenero, opina que la gestión de Tony Saca ha sido «la peor porquería de gobierno que ha tenido El Salvador» (me permitió citarlo textualmente).

Pero por esos temores que tanto abruman a algunos salvadoreños (minoría), dice que apoya al partido tricolor porque no confía en quienes fueron guerrilleros. Estribillo fútil a más de quince años de finalizado el conflicto armado. Esta no será campaña de muertos.

Y que yo sepa Mauricio Funes la única batalla que peleó –y fue digna de apoyarle- fue contra el poder empresarial y oficialista persiguiendo sus espacios de libre opinión y periodismo independiente que evidenciaban los actos incorrectos de los gobiernos ultra derechistas.

Pero está claro que el país no va a salir adelante con el voto o sin él de quienes se la pasan cantando la marcha del mayor escuadronero o leyendo editoriales de Altamirano y la prosa de egos viviendo sus quince minutos de fama como Luers o Galeas.

Volviendo al ejemplo marital, es como que si la mujer que es maltratada por su marido se ve obligada a aceptar los bejámenes porque así dice la costumbre en las sociedades machistas. Y punto. Y no hay más salida.

Sí que la hay. Se deja al mal marido.

Y se busca otro que no le de mala vida.